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10 preguntas de Sinaia Marketing a Marisa Iturbide
- ¿Cómo gestionas tu falta de tiempo en tu vida diaria?
El tiempo y yo, a veces, conseguimos entendernos. En cada una de las etapas de mi vida he bordeado esa sutil frontera entre el orden y el caos, entre el deseo de perfección y los límites personales, profesionales o emocionales impuestos o auto-infringidos. En ocasiones, la falta de tiempo ha sido una provocación para enfrentar los retos; en otras, ha sido la coartada paralizante para justificar no haber sabido superar el miedo al fracaso, y al éxito. Hoy, el tiempo tiene otra dimensión, más extensa, más lúcida, más consciente y más libre.
- Cuéntanos cómo combinas tu vida profesional y personal
Vivo una etapa privilegiada en la que tengo serenidad y fuerza para reavivar, sin prisas, sin ansiedad y sin miedos imaginarios, los sueños y afectos que habían quedado adormecidos en el camino. Cada momento profesional y personal tiene sus ritmos y sus tiempos. Hace años comprendí que no era capaz de llegar a todo con la intensidad y dedicación que deseaba. La renuncia, en muchas formas, ha estado presente en mi vida y he aprendido a gestionarla sin frustración ni arrepentimiento. Hoy los retos personales y profesionales siguen apareciendo a mi paso y los recibo y acepto con la alegría, pasión y determinación de siempre.
- ¿Qué tipo de obstáculos o problemas te encontraste a la hora de comenzar tu carrera profesional?
Tenía 22 años cuando tuve mi primera oportunidad profesional seria. El día que me presenté a trabajar, con el pelo recogido en un apretado moño, un cuidado traje sastre y zapatos de medio tacón sustituyendo mis habituales jeans, jerseys y botas moteras, descubrí un despacho de pelos largos, música y estilos de ser y hacer poco convencionales. Nunca más me he vuelto a disfrazar, ni por fuera ni por dentro, para cumplir las expectativas que los demás tienen de mí. Unos años después aposté por la maternidad a tiempo completo y, a tiempo parcial, por el aprendizaje permanente. Conseguí combinar hijos, juegos, estudios y universidad con el incondicional apoyo material y emocional de mi pareja y familia. Cuando me reenganché al mundo profesional descubrí que había cambiado poco en los años de mi alejamiento pero esta vez, intelectual y emocionalmente estaba mucho mejor preparada para entenderlo, gestionarlo e incluso transformarlo.
- Cuándo tienes que ejercer tareas de responsabilidad en lo profesional, ¿cómo lo afrontas?
La responsabilidad nunca me ha asustado y he aprendido que un problema que tiene solución no es un problema. El reto al que me enfrento de manera constante es alinear las expectativas, aspiraciones y emociones propias con las de las personas con las que comparto proyectos profesionales o empresariales. Es una responsabilidad que requiere serenidad, empatía y prudencia. Un aprendizaje que no siempre es sencillo.
- En equipo, ¿la visión de un hombre es muy distinta a la de la mujer? ¿Por qué?
En mi experiencia, la diversidad de visiones y enfoques no están necesariamente ligadas al género. Si aprendemos a identificar y entender la esencia de la comunicación en las relaciones vemos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
- ¿Cómo gestionas la relación personal y profesional con los compañeros y compañeras de trabajo?
En líneas generales, consigo estabilidad y concordia en mis relaciones personales y profesionales, pero a veces los eventos me han sobrepasado y las emociones se me han ido de las manos con resultados inesperados y dolorosos. Las sacudidas emocionales son necesarias para entender hasta dónde pueden llegar los demás, pero sobre todo uno mismo. Mi entorno profesional ha compartido conmigo los vaivenes dulces y dolorosos de mi trayectoria; algunos se han mantenido a mi lado, otros tomaron un camino paralelo o contrario. A todos los recuerdo, de todos he aprendido.
- ¿Sois las mujeres más emocionales que los hombres? ¿Cómo afecta esto en el terreno profesional?
Las emociones no están condicionadas por el género; sin embargo su expresión, sí. La educación emocional de mujeres versus hombres ha proporcionado múltiples coartadas para entender la vida desde perspectivas distintas y limitar a unos y otros a profesiones y vidas consideradas femeninas o masculinas. Emoción, empatía, resiliencia, pasión, consciencia, compromiso, generosidad, fuerza… son valores humanos que surgen del interior y se aprenden, no están condicionados por géneros, y sin duda estamos en vías de consensuar un lenguaje común para expresarlos y vivirlos.
- ¿Qué consideras más importante, el talento o la actitud?
Todos tenemos algún tipo de talento y a veces nos lleva toda una vida descubrirlo; en ese momento tenemos que aprender a reconocerlo y aceptarlo. Cultivarlo para que crezca y florezca dependerá únicamente de nuestra actitud.
- Cita 5 mujeres que sean referencia para ti y describe en 5 palabras por qué
Riane Eisler. Aboga por la implementación de medidas prácticas para transformar la sociedad y dar visibilidad y valor económico al trabajo de cuidar a los demás y la naturaleza.
Erica Jong. En los 70 escandalizó con un libro sin tapujos sobre la recién estrenada libertad sexual de las mujeres liberando los miedos que aprisionaban a mi generación.
Anita Roddick. Impacta que a finales de los 70, con conceptos como sostenibilidad y comercio justo, haya creado una empresa de belleza que consigue alcanzar el éxito internacional.
Remedios Varó. Pintora. La misoginia y machismo de sus compañeros artistas la llevó a negar su pertenencia al surrealismo siendo una de sus más brillantes representantes.
Malala Yusafzai. La esperanza de un futuro en el que el miedo no atenace la libertad de aprender y ser de las mujeres.
- ¿Qué importancia le das a internet y a la movilidad? ¿Consideras fundamental estar permanentemente conectada estés donde estés?
Mi vida profesional resultaría incompleta, plana y unidimensional sin internet, y aunque definir y alcanzar objetivos a través de la doble realidad on-off en la que vivimos es un aprendizaje personal, social, técnico y tecnológico ininterrumpido y arduo, estar en movimiento constante, ampliar horizontes y alcance, y permanecer conectada a personas y entornos desconocidos y lejanos me hace sentir, contradictoriamente, en casa.
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