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Los autores de páginas web tienen que prever la accesibilidad de los lectores a una determinada información contextual, intuir que cierta información será manifiesta para ellos en mayor o menor medida, determinar la probabilidad de que la información será manifiesta para ellos en mayor o menor medida, determinar la probabilidad de que la información que contiene la página despierte el interés de los lectores (i.e. interactúe de forma eficaz con sus entornos cognitivos) y presuponer que los lectores dominan los programas informáticos necesarios para obtener y procesar la información, de forma que su uso no genere un nivel suplementario de esfuerzo que incida negativamente en la ulterior estimación de relevancia. En resumen, los autores prevén determinados patrones de lectura de sus páginas, de los que se obtendrán efectos con la ayuda del contexto. El que el lector sea capaz de obtener los efectos deseados por el autor dependerá de la accesibilidad a la información contextual (prevista por el autor), que varía sobremanera de lector en lector, hasta el punto que es posible que diferentes lectores obtengan interpretaciones muy diferentes de la misma página.
Ciberpragmática 2.0. Nuevos usos del lenguaje en Internet, página 67. Francisco Yus
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